2 de agosto de 2012

FUERZA DE VOLUNTAD


Hace unos meses me encontraba en una etapa complicada de la vida, nada me salía bien y sufría para hacer las cosas, parecería como si algo importante en mi optimista vida hubiese desaparecido. Siempre he pensado que hay ocasiones en que no puedes hacer las cosas, pero cuando de plano ya no quieres hacerlas por más que parezca fácil es porque has perdido completamente la esperanza. Por eso mismo me preguntaba hace un rato  ¿Qué es lo que hace que empieces a hacer las cosas? Y llegue a la conclusión de eso que nos mueve muchas veces es la fé. La esperanza hace que mantengamos todas  nuestras ideas y sobre todo nuestras acciones pero la fuerza de voluntad hace que todo en la vida sea posible.
La fuerza de voluntad es uno de los más grandes dotes que puede llegar a poseer el ser humano. Pero para poder alcanzar su más alto potencial es necesario llevarla a la práctica y desarrollarla con base en la constancia y es así como esto se convierte a su vez en uno de los más bellos productos del cultivo de uno mismo.
Dicen que el hombre que consigue subir a la cima, paso a paso, encuentra junto a ello su propio éxito, su fuerza pero ante todo y lo más importante su fuerza de voluntad aumentada a la par de su energía. Siempre hay que dar el extra en todo, sacar la fuerza de voluntad y seguramente conseguiremos resultados mucho mejores.

4 de julio de 2012

Quierete


Después de horas nocturnas de reflexión, me di cuenta que para empezar a planear un nuevo proyecto, primero que nada tienes que estar bien contigo mismo, para poder entablar relaciones con los demás y llevar a cabo tus planes, por ello tienes que empezar por quererte a ti mismo.

Quiérete bien, para quererte debes conocerte. Para conocerte entra dentro de ti y obsérvate. Acepta tus errores, pero sobre todo perdónate, como lo haces al perdonar a tus seres queridos.
Tienes que ser tú mejor amigo. Cuando hables con tú “YO” interno, tienes que comprenderlo y ante todo reconocer tus logros y tus aciertos. Felicítate cuando logres alcanzar tus metas.

Aconséjate cuando sientas que andas mal. Cuida tu cuerpo. Limpia tu mente. Ríete, goza de lo que tienes y no pretendas lograr la perfección, eso no es bueno, confórmate con la superación constante, día a día, pero tampoco seas conformista.

Recuerda siempre tus logros, confía solo en ti, hay una chispa divina que te hace más valioso que soles y estrellas. Vive plenamente y erradica los pensamientos que te lastimen. Amate pero con sencillez no con egolatría y envidia y cuando falles no te desesperes ni mucho menos te rindas, ten la debida paciencia que les tienes a los demás.

Dicen que quien bien se quiere, sabe querer a los demás. Quien se sabe respetar, sabe respetar las cosas. Amarse a uno mismo es un bello mandato que todos deberíamos obedecer y que sin embargo pocos lo llevan a cabo.

27 de junio de 2012

Bien


Discutiendo sobre los actos buenos y malos de esta vida después de ser de alguna manera juzgado, me quede pensando en la siguiente frase “Puedes hacer mil cosas bien, pero haces una mala y te condenan de por vida. (Curiosamente siempre me p asa lo mismo)”

Si te atreves a compartir con todos los demás tu dicha, tu felicidad, tu alegría, tu emoción, de alguna manera logras hacer el bien sin darte cuenta; y lo mejor es que para ello no necesitas ser rico, sino todo lo contrario, simplemente generoso. Una frase amable en las mañanas, un proceder gentil, una simple sonrisa o el hecho de que te tomes la atención con una persona, una cortesía o sencillamente un saludo, son formas para hacer el bien.

Con tu pensamiento tu generas energía, o mejor dicho ondas de poder  que aún no puede ser medido, sin embargo debe ser inmenso. Esta energía de la que hablo, según un principio de física que ha sido comprobado, jamás se pierde, solo se transforma. La energía ganadora o mejor dicho positiva producida al pensar de una forma generosa, saturada de ideas y pensamientos nobles , genera a su vez en las demás personas todavía más energía positiva que regresa a ti formándose un circulo vicios y esto te da a ti tranquilidad y placidez

Siempre he dicho que aquel que desee cosechar, comience por sembrar; asimismo, si deseas hacer el bien, empieza por ser bueno, pues hacer el bien es un hábito que tarde que temprano cobra su recompensa. Hay seres que son muy perversos, que se pasan la vida hallando e ideando la manera de fastidiara cuanto ser pasa junto a ellos; en cambio hay otro tipo de personas que son las que valen la pena y que por costumbre ayudan al prójimo proporcionándole alegría, paz y felicidad ante todo.

Hacer el bien es una forma de vida que no espera retribución alguna, pero que lleva su recompensa en si misma.

20 de junio de 2012

Egoísmo


En recientes fechas muchas personas del ámbito laboral al que pertenezco me han acusado de ser una persona un tanto egocéntrica, exótica, codiciada y sobre todo “egoísta”. Puede que estén equivocados, puede ser que acierten y yo no me haya percatado, pero de alguna manera, todo esto me sirve para mejorar, reflexionar y sobre todo aprender de mis errores. Para este escrito partiré sobre la vaga idea de que soy un “egoísta egocéntrico”.

Habemos personas que de repente tenemos un excesivo y hasta cierto punto un inmoderado amor hacia nosotros mismos y que de alguna manera nos hace atender de una forma desmedida nuestro propio interés, sin cuidarse del de los otros, esto es el egoísmo.

Por nuestra naturaleza, los hombres somos egoístas. Nos amamos tanto a nosotros mismos  que prácticamente nos olvidamos de los demás, y si esta omisión rebasa la línea de lo tolerable, sin duda esto se convierte en egoísmo, el horrible vicio que transforma a quienes lo cultivan en seres odiosos y repulsivos.

Suele pasar en los niños, que rara vez comparten sus juguetes por lo mismo del egoísmo que en embrión anida en sus corazones, pero mediante una adecuada educación de carácter y, sobre todo, del ejemplo paternal de sus padres y madres lograran dominar este sentimiento y así poder volverse solidarios.

Tal cual como los celos, de alguna u otra manera el egoísmo puede ser generado de manera patológica, sintomático de la inseguridad y de la falta de confianza en uno mismo. Tenemos y debemos de amarnos, pero claro, sin pisotear el interés ajeno. Dice bien la frase “El límite de mi interés debe ser el respetable interés de los demás”

Una disculpa por ausentarme por un largo tiempo, más adelante les explicare las razones por las cuales deje de escribir durante este periodo. Prometo publicar las entradas de reflexión más seguido. Próximamente nuevas sorpresas!!!      EDUALBHER