Hace unos meses me encontraba en
una etapa complicada de la vida, nada me salía bien y sufría para hacer las
cosas, parecería como si algo importante en mi optimista vida hubiese
desaparecido. Siempre he pensado que hay ocasiones en que no puedes hacer las
cosas, pero cuando de plano ya no quieres hacerlas por más que parezca fácil es
porque has perdido completamente la esperanza. Por eso mismo me preguntaba hace
un rato ¿Qué es lo que hace que empieces
a hacer las cosas? Y llegue a la conclusión de eso que nos mueve muchas veces
es la fé. La esperanza hace que mantengamos todas nuestras ideas y sobre todo nuestras acciones
pero la fuerza de voluntad hace que todo en la vida sea posible.
La fuerza de voluntad es uno de los
más grandes dotes que puede llegar a poseer el ser humano. Pero para poder
alcanzar su más alto potencial es necesario llevarla a la práctica y
desarrollarla con base en la constancia y es así como esto se convierte a su
vez en uno de los más bellos productos del cultivo de uno mismo.
Dicen que el hombre que consigue
subir a la cima, paso a paso, encuentra junto a ello su propio éxito, su fuerza
pero ante todo y lo más importante su fuerza de voluntad aumentada a la par de
su energía. Siempre hay que dar el extra en todo, sacar la fuerza de voluntad y
seguramente conseguiremos resultados mucho mejores.